En un parque cerca de Grandview Highway ubicado en Vancouver, Canadá había una estatua de Mefisto, con cola, cuernos y miembro erecto, nadie sabe qué hacía ahí.
Imagina que un día caminas por Reforma y al voltear a ver la estatua de Cristóbal Colón observas que otro ocupa su lugar, y no cualquier otro, sino el mismísimo chamuco, quien se rasca la cadera con la mano siniestra mientras, con la diestra, le pinta cuernos a todo el que lo voltea a ver, presumiendo de paso un miembro que parece una tercera pierna. Lo anterior no ocurrió en el Distrito Federal, sino en Vancouver, Canadá, donde de manera misteriosa la efigie apareció levantada en un espacio donde, previamente, había un Cristobal Colón con sombrerito cotorro y completamente vestido.
A pesar de ser una escultura muy simple, como las piñatas del Mercado de Sonora, o los disfraces de la frikiplaza, la obra alcanzó rápidamente fama y se volvió un punto de encuentro en Vancouver, donde los vancuveritas veían en el diablillo (que calza grande), un símbolo de la buena ondita canadiense.
Lamentablemente para los seguidores del Patas de Cabra, las autoridades al estar desconcertadas por ver a Satán, optaron por quitar del pedestal a la estatua de Luz y Fuerza de las Tinieblas.
Aunque nadie conoce quien es el autor de está obra (que seguramente tendría un espacio en alguna galería de arte contemporáneo), algunos ciudadanos fans de Belcebú buscan quedarse con la pieza. Incluso hay una petición en Change.org para que la estatua se quedé en el parque.
Al ver por primera vez la obra podemos pensar que es una basura, pero al recordar adefesios como el Conín de Querétaro, la Cabeza de Juárez y claro, la estatua de Vicente Fox en Boca del Rio, el diablo descarado merece una oportunidad de mostrar sus cualidades al aire libre.
Vía: Global News
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