Si ustedes creían que los ñoños son aburridos, hemos de decirles que han estado en un profundo error. Realmente parecen ser las personas con mayor ingenio que pueden sacarnos buenas carcajadas si saben aplicar sus conocimientos.
Varios científicos crecieron en los años 80 y seguro muchos no creyeron que Pac Man les ayudaría en su vida profesional. Fue hasta que un grupo de científicos del Colegio Universitario del Sudeste de Noruega recrearon la plataforma del videojuego en no más de un milímetro de ancho para poder observar a microorganismos luchando a muerte en el laberinto.
El icónico laberinto reúne a dos tipos de protista unicelulares, los ciliados y las euglenas, quienes tienen que evitar a los rotíferos, unos microorganismos pluricelulares que se alimentan de protistas, y que por ende, representan a los fantasmas. El laberinto está rellenado de un líquido que facilitan su movilidad entre las paredes.
Sí, sabemos que es un tanto sádico disfrutar de esta sublime combinación entre videojuegos y ciencia, pero realmente el propósito tiene un valor meramente científico. El profesor Andrew Erik Johannessen, del departamento de nanosistemas, explicó que estudiar a estos microorganismos a través de una placa Petri es sumamente complicado porque se confunden al estar unos encima de otros a través de la luz del microscopio. Teniendo pequeños laberintos como este permite observar su recorrido por los canales que imitan su hábitat natural.
Y bueno, eso sí… que el laberinto sea una réplica exacta de Pac Man fue un verdadero homenaje ochentero.
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