Típico que despiertas, aprietas el snooze, se te hace tarde, sales corriendo de casa, te enfrentas al infernal tráfico para llegar a tu oficina a tiempo. De repente, esos tacos que te cenaste en el Borrego Viudo, comienzan a juguetear dentro de tu estómago. Ahora, ¡la prisa por llegar a tu oficina es aún peor!
Finalmente logras estacionarte, las tripas están a punto de traicionarte, llegas al elevador y aprietas con urgencia el botón de cerrar puertas con las esperanzas de que esos tacos, no se escapen de tus cavidades antes de tiempo….sin embargo, hay un pequeño detalle que ignoras, y es que el botón para cerrar las puertas de los elevadores ¡no sirve de nada!
Tal y como leyeron. El botón de cerrar, es una trampa en la cuál, TODOS hemos caído durante años.
¿La razón? En 1990, Estados Unidos aprobó una ley en la que se contempla que las puertas de los elevadores deben permanecer abiertas durante un tiempo considerable para que personas discapacitadas puedan entrar y salir del mismo sin ningún problema, por lo que por más que aprietes el susodicho botón, la respuesta es no. Eso no hará que el elevador avance más rápido.
Ahora, si se preguntan, por qué los elevadores siguen teniendo dicho botón si no sirve, existe una razón. Y es que de acuerdo al un reporte del New York Times el botón funciona como una especie de placebo, al darnos una sensación de “poder” y “control” para calmar nuestra ansiedad y reducir el estrés al jugar con nuestra mente, haciéndonos pensar que en efecto, llegaremos más rápido a nuestro destino.
Hay que aclarar que los botones no son del todo inútiles para todos, pues gente como bomberos y trabajadores de mantenimiento sí pueden hacerlos funcionar, pero para ello se necesita un código designado.
Y no, no es arriba, arriba, abajo, abajo, izquierda derecha, izquierda derecha…
Si después de la explicación siguen escépticos, corran al primer elevador que se les aparezca para comprobarlo.
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